Hace casi 400 años en un monasterio de Francia, un hombre llamado el Hermano Lorenzo descubrió el secreto para vivir una vida de gozo y experimentar la dulce presencia de Dios. Lo expresó en 15 cartas. Esta es la Primera de ellas:
A quién deseas?
Debido a que deseas tan fervientemente que te comunique el método mediante el cual he llegado a experimentar este habitual sentido de la presencia de Dios, que el Señor en su misericordia se ha agradado concederme, debo decirte que me has convencido con tu tozudez.
Más que métodos
Encontré en muchos libros diferentes métodos para llegar a Dios, y diversas prácticas de vida espiritual, pero pienso que eso, antes de facilitarme lo que estaba buscando (que no era otra cosa que pertenecer a Dios por completo), más bien me confundió. Así fue que tomé la decisión de entregarme por completo a Dios.
Después de haberme entregado totalmente a Dios, y de hacer toda enmienda posible por mis pecados, por amor a Él renuncié a todo lo que estaba fuera de Él, y comencé a vivir como si no hubiera otras personas en el mundo nada más que Él y yo.
Criminal O Perdonado
A veces me consideraba delante de Él como un pobre criminal a los pies de su juez, y otras veces le contemplaba en mi corazón como mi Padre y mi Dios:
Mente Y Presencia
Le adoraba con tanta frecuencia como podía hacerlo, manteniendo mi mente en su santa Presencia, y trayéndolo a mi mente en cuanto me daba cuenta de que estaba divagando involuntariamente y no pensando en Él.
Ejercicio Y Dolor
Este ejercicio me produjo no poco dolor, sin embargo continuaba haciéndolo y a pesar de todas las dificultades que surgían, sin inquietarme cuando mi mente divagaba involuntariamente.
La gran tarea
Ésta fue mi tarea, tanto a lo largo del día de trabajo como en los momentos de oración; en todo momento, a cada hora y a cada minuto, aún en lo más pesado de mi trabajo, quitando de mi mente cualquier cosa que pudiera interrumpir mis pensamientos acerca de Dios.
Práctica Y Ventajas
Ésta ha sido mi práctica desde que entré en la relación con él, y aunque lo he hecho muy imperfectamente, no obstante he encontrado grandes ventajas en hacerlo. Todo esto, lo sé muy bien, debe atribuirse a la mera misericordia y bondad de Dios, porque no podemos hacer nada sin Él, y aún menos que nada.
El Valor De ser fiel
Cuando somos fieles en mantenernos en su Santa Presencia, y tenemos a Dios siempre delante de nosotros, no podemos ofenderle ni hacer algo que le desagrade. También nos produce una libertad santa, y si puedo hablar así, una familiaridad tal con Dios que cuando le pedimos algo.
Lo Qué Él Concede
Él nos concede la gracia que necesitamos. En fin, al repetir frecuentemente estas acciones, se hacen habituales, y la presencia de Dios llega a ser natural para nosotros.
La Gran Bondad
Por favor, únete a mí para darle gracias por su gran bondad hacia mí (bondad que nunca deja de sorprenderme), por los muchos favores que Él ha hecho a un pecador tan miserable como yo.
Que todas las cosas le alaben. Amén.
Hermano Lorenzo.
La Práctica De La Presencia De Dios.