“…Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar.”
Mateo 26.21
Me he sentado en varios servicios de iglesia en donde el pastor ha dicho algo que hace que mi corazón brinque. Sin embargo, el brinco no fue uno de gozo; fue un retroceso de miedo. Fue como si através de sus palabras mi vida fue sacada a la luz, o que mis planes fueron revelados. Esos son momentos aterradores, momentos de “Ay no.” Solía pensar, “¿Cómo sabe él? ¿Cómo se dio cuenta? ¿Me vieron?” Pero a medida que el sermón continuaba, tenía la certeza de que esas palabras no eran sobre mi y me sentaba tranquilo en la comodidad de mi secreto.
Traición
Todos actuamos similarmente. Seguimos haciendo lo que hemos estado haciendo y llevamos a cabo lo que hemos planeado. ¿El resultado final? Traición. Traicionamos a nuestras familias, a nuestros cónyuges, a nuestros valores, a nuestro Dios y a nosotros mismos.
Entonces acá estaba Jesús con los discípulos, Sus 12 amigos más cercanos. El les dice que uno de ellos le traicionará. Este fue un momento de “Ay no!” para Judas. Fue descubierto! Jesús sabía! Entonces Judas preguntó, “Rabí, ¿seré yo?”, y Jesús le dijo, “Tú lo has dicho.” Evidentemente fue descubierto, sin embargo, continuó con sus planes. Aún así, traicionó a Jesús, a sus amigos, a sus valores y asimismo.
Planes Cladestinos
Hay personas leyendo esto, que tienen planes, planes clandestinos, planes de infidelidades, planes de tomar lo que no es de ellos, planes de herir a alguien. Algunos de ustedes ya han llevado a cabo sus planes; ya has abusado de tu esposa e hijos, ya has tenido una infidelidad o varias.
El leer esto hace que tu corazón brinque, no de gozo, sino por miedo. A medida que los segundos pasan, probablemente llegarás al consuelo de que yo no te conozco personalmente y que no sé lo que has hecho, entonces no estoy refiriéndome a ti. O puede que pienses, él no mencionó lo que yo he hecho o lo que estoy planeando hacer, entonces no se está refiriendo a mi. De hecho, es muy probable que aún así lleves a cabo tus planes. Probablemente vayas a traicionar. Pero tal vez, tal vez no lo hagas. Tal vez permitirás que esto te saque de ese estado de trance en el cual estás. Tal vez te detendrás. Tal vez dejarás atrás tus planes. Tal vez lo hagas.
Hoy, despierta. Sí, tú. Cancela tus planes de traicionar a quien y lo que es importante para ti. No es demasiado tarde. Permite que la misericordia, gracia y amor de Dios te cambien a ti y a tus planes. Hazlo ahora, antes de que tengas que preguntarte, “¿Qué he hecho?”
Robert & Rebecca Vander Meer