En nuestro diario caminar Dios deja marcas en nuestra vida. Esas marcas nos recuerdan quién nos llamó y para lo hizo.
Son como cicatrices porque regularmente esas marcas producen dolor, pero luego vemos la recompensa de parte de Dios.
Marcados por Dios
La Biblia habla de hombres y mujeres que quedaron marcados por Dios y sus vidas no fueron las mismas.
Jacob es uno de ellos:
Aquella misma noche Jacob se levantó, tomó a sus dos esposas, a sus dos esclavas y a sus once hijos, y cruzó el vado del río Jaboc. Una vez que lo habían cruzado, hizo pasar también todas sus posesiones, quedándose solo. Entonces un hombre luchó con él hasta el amanecer. Cuando ese hombre se dio cuenta de que no podía vencer a Jacob, lo tocó en la coyuntura de la cadera, y ésta se le dislocó mientras luchaban. Entonces el hombre le dijo:
—¡Suéltame, que ya está por amanecer!
—¡No te soltaré hasta que me bendigas! —respondió Jacob.
—¿Cómo te llamas? —le preguntó el hombre.
—Me llamo Jacob —respondió.
Entonces el hombre le dijo:
—Ya no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.
Genesís 32:22-28
Serafín Contreras Galeano y su esposa Alva comparten brevemente en este mini video “Las Marcas de Dios”
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