El Secreto De La Paz
“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora, pues él dijo: «No te desampararé ni te dejaré»” (Hebreos 13:5).
El contentamiento no radica en lo que es mío sino en lo que soy. Cuando entro en una relación con Dios através de su Hijo, Jesucristo, comprendo a quién pertenezco y lo que tengo.
Nunca Satisfechos
La envidia le lleva a uno a mirar horizontalmente—a lo que otros tienen—así que nunca estamos satisfechos. Perseguimos al dios del dinero pensando en lo que puede comprarnos. El contentamiento nos invita a verticalmente—a Dios. Cuando miramos en su dirección sabemos que Él es suficiente.
El estar contento es el secreto de la paz interior. Recuerda la verdad desnuda de que trajimos nada a este mundo y que no sacaremos nada de él, incluyendo nuestro dinero. La vida, de hecho, es una travesía de un momento de vulnerabilidad a otro. Así que debiéramos viajar ligeros y vivir con sencillez. La realidad para la mayoría de la gente es que tenemos suficiente—sea lo que sea suficiente; bien haríamos en estar contentos con lo que tenemos.
Estar Contentos
Estar contentos con menos cosas y no envidiar a aquellos con mucho es un proceso que tomará más que una rápida oración o leer un libro, o escuchar un sermón: requerirá una dependencia y satisfacción en Dios. Él sabe lo que es mejor y lo que nuestras vidas necesitan; debemos confiar en Él y no en el dinero.
Muy a menudo quitamos nuestra mirada de Dios y la ponemos en las cosas materiales, siendo el dinero uno de los principales en nuestras listas. El dinero tiene un poder increíble, parecido al de un imán y más como un dios que la mayoría de nosotros está dispuesta a admitir, para alejarnos de aquellas cosas que son eternales y que llenan la vida.
En Guardia Con El Dinero
Siempre estemos en guardia con el dinero. Como el escritor a los Hebreos nos indica: “No amemos al dinero”. El corazón solo puede amar una cosa a la vez. Cuando escogemos amar a Dios, descubriremos el maravilloso beneficio del contentamiento. Y, aún más importante, aprenderemos que el dinero nunca puede satisfacer al corazón. Por lo tanto, mantegamos nuestro enfoque… Él es suficiente.
Fuente: Leadership Weekly, 18 de marzo 2014
Dejándonos Llevar
Cuán fácil se antoja dejarnos llevar por el sentir de la mayoría, fuertemente influenciada por una sociedad que valora lo material e idolatra el éxito. El problema es que nunca llegamos a tener lo suficiente. De hecho, entre más alcanzamos, más ambicionamos.
La Biblia nos anima a contentarnos—vivir felices con lo que somos y tenemos—sin renunciar a querer mejorar, pero constantemente mostrándonos agradecidos con Dios por el lote en la vida que nos ha tocado.
Envidiar lo que otros tienen es simplemente una señal de falta de contentamiento que tristemente jamás se compensará con logro alguno.
Estoy más que seguro que saldremos refrescados y renovados por Su palabra y Su Espíritu. Que Dios les bendiga y disfruten de un buen fin de semana.
Raúl Irigoyen
El Pensamiento Del Capellán
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