“De la misma manera como Herodes desató una persecución contra los niños de menos de dos años esperando así eliminar al Mesías, de la misma forma nuestro enemigo quiere destruir a los hijos desde temprana edad.
Cuando intercedemos por nuestros hijos, en realidad estamos construyendo un cerco de seguridad que hace que la familia ande en seguridad y victoria”.
Batalla Final
La batalla final ya fue ganada en el Calvario. Jesús despojó de toda autoridad y prepotencia al enemigo y nos a asimilado a nosotros. Estamos en Él. Estamos seguros. Nada ni nadie nos podrá hacer retroceder.
II Tes 3:1-2 Que la palabra de Dios sea glorificada. Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros, y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe.
Armas Poderosas
“Os ruego, pues, que cuando esté presente, no tenga que usar de aquel atrevimiento con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos tienen como si anduviéramos según la carne. Aunque andamos en la carne, no militamos según la carne, porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando prontos a castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta. 2 Corintios 10:2-6. RV.