Hay una regla muy efectiva para alcanzar excelentes resultados y acortar los tiempos para el logro de sus metas. Se trata de la “Ley de Paretto”, que plantea la posibilidad de obtener un 80% de resultados con tan sólo dedicar un 20% del tiempo a las “prioridades esenciales”.
Regla 20-80
Actualmente este principio se conoce también como la “Regla del 20/80”; que diferencia a los factores denominados “pocos vitales” de los “muchos triviales”; es decir, que el 20% de algo es lo esencial y el 80% es lo trivial.
Este concepto puede aplicarlo a su vida cotidiana, dedicando el 20% de su tiempo para desarrollar sus tareas importantes, lo que le permitirá obtener el 80% de resultados. Para ello, es preciso que identifique cuáles son las “prioridades” y tareas “esenciales”, que lo concentrarán en el logro de sus metas, con el fin de que sus esfuerzos se focalicen hacia la obtención del resultado final de un 80% de efectividad.
El Secreto De Lograr Más Con Menos
El consultor americano Richard Koch, menciona en su libro “El principio del 20/80, el secreto de lograr más con menos” que: “una pequeña proporción de lo que hacemos, es lo que realmente importa. Por lo tanto, si nos concentramos en esto, podremos controlar los acontecimientos, en vez de ser controlados por ellos”.
Procure evitar malgastar el tiempo. Analice constantemente en qué lo ocupa, a los fines de que su vida se llene de “esenciales” y no de “triviales”. Reduzca el tiempo que dedica en leer las noticias amarillistas de los periódicos, los chismes en las revistas, las notas sensacionalistas de los noticieros de T.V., las alargadas conversaciones por teléfono, dormir más de la cuenta, estar regularmente desordenado, etc.
Tiempo Y Trivialidades
Tome un papel y anote las cosas que le hacen perder tiempo en trivialidades y regule su comportamiento para hacerlo más productivo y esencial. Sentirá lo maravilloso que es hacer las cosas que verdaderamente le llenan el corazón de satisfacciones, en vez de “llenar los vacíos” existenciales con cosas que no edifican.
En resumen, tenga Usted en cuenta los dos pilares de mayor relevancia:
1 – Establecer prioridades con sus valores éticos y morales.
2 – Priorizar el tiempo en lo “esencial” y “significativo”, abocado al logro de sus metas claramente definidas.
No Se Distraiga
La suma del 20% de tareas esenciales que dedique en su jornada, le otorgarán un 80% de resultado por cada área en la que se haya esforzado. ¡¡¡No se distraiga en “trivialidades”!!!
Como recomendación, utilice esta regla 20/80 para el desarrollo de su intelecto aplicándola a la lectura. Si Usted se dedica una hora diaria, estará leyendo un promedio de dos libros mínimo por mes y, en un año, habrá leído alrededor de veinticinco libros. Esta técnica se conoce como 6 x 1, es decir, una hora por día durante seis días a la semana y repetirla y repetirla. El hábito se construye en la repetición de acciones.
Lectura Específica
Para su información, se han realizado estudios acerca del hábito de “lectura específica”, los cuales hacen la proyección, de que si Usted decide emprender el sendero de la lectura, con sólo leer una hora por día, en tres años se convertiría en un experto regional o nacional en la disciplina que estudia; y en siete años, en un experto internacional. De hecho, mientras más tiempo Usted lea temas puntuales, más acelerado hará el proceso para el logro de una “experticia”.
Como guía, formúlese las siguientes preguntas y reflexione con sinceridad:
– ¿Cuáles son los valores que sustentan el deseo de alcanzar mis metas planteadas?
Orden Prioridades
– ¿Cuál es el orden de importancia que le doy a mis siete áreas de germinación” (“Prisma de Germinación para el Liderazgo Integral”: Espiritualidad; Relaciones; Salud; Trabajo; Patrimonio o Finanzas; Ocio Creativo y Desarrollo de Talentos; Propósito Superior o Legado) en relación a lograr mis metas?
– ¿Qué tareas esenciales debo realizar para no perder tiempo en cosas triviales? - ¿En qué actividades triviales pierdo mi valioso tiempo? (Distracciones). Muchas gracias. Carpe diem (aprovecha el día).
Lic. Daniel Fernando Peiró